Era la década
del 70 y en las principales esquinas de las grandes ciudades unos bullosos no cesaban
de pregonar ¡Cristo viene,
arrepiéntanse! Dicho fenómeno se prolongó a la década siguiente, en ese tiempo, no debía extrañar uno que otro letrero
gigante con ¡El fin está cerca, arrepiéntanse! Insólitamente
en los 90 estas voces fueron silenciadas y sus mensajes que vaticinaban el fin
del mundo también.
En las vísperas
del nuevo milenio presenciamos como las personas se allegaban a los templos
atemorizados por un hipotético fin del mundo, ya fuese por el Y2K o por el
cumplimiento de alguna profecía bíblica tomada fuera de contexto. Pasada esta
conmoción global marginamos los asuntos relacionados con el fin del mundo.
Hasta que en el 2009, Hollywood como de costumbre nos sorprendía con un film de
carácter apocalíptico que promovía el fin de todo en el 2012, basados en unas supuestas
profecías mayas.
Cuando aun no
se habían disipado los nubarrones dejados por esta película, aparece un tal
Harold Camping con sus carteles gigantes, pronosticando el arrebatamiento de la
iglesia el 21 de mayo y el fin del mundo el 21 de octubre del 2011. Como era de
esperarse el 21 de mayo no sucedió nada y el 21 de octubre tampoco sucederá
nada.
Lo que está
sucediendo es un evidente esclarecimiento del panorama profético de Mateo 24.
Las señales que anticipan la venida de Cristo y el fin del mundo se están
cumpliendo de manera innegable y con trascendencia mundial. Una catástrofe tras
otra, pareciera que la misma naturaleza nos recuerda que no estaremos aquí para
siempre. El 2010 fue el año más mortífero en más de una generación según la
ONU, pero este 2011 busca eliminar ese record. En lo que va de año hemos sido
testigos de grandes terremotos como el de Japón el 11 de marzo, el cuarto más
potente del mundo, de todos los medidos hasta la fecha, con su maremoto
incluido; guerras civiles en Egipto, Libia, Yemen y otras naciones árabes.
Agregue una hambruna en África oriental. Súmele los grandes conflictos generados
por el hombre hasta en los rincones más lejanos del planeta y tendrá un
perfecto paisaje apocalíptico.
Sin embargo
en los pulpitos el mensaje escatológico escasea, pocos predican la venida de Cristo
evento principal del evangelio, pocas son las voces que proclaman que nos queda
poco tiempo y que estamos vislumbrando el inicio de una gran hecatombe.
Lamentablemente hemos conferido nuestra labor a Hollywood y a los falsos
profetas. ¿Sera que ellos lo hacen mejor?
Lo grande de todo esto pastor gemuel es que las iglesias esta como jonas en un sueño profundo cuando la mar que tipifica el mundo esta por haogal la barca y quien puede salbar esa barca de la furia dela mar es la iglesia que tiene poder pero lamentable mente esta dormiendo y el mundo es que tiene que asercalse ala igleseia no la iglesia al mundo Dios bendiga su hermano moises herrera
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