Este mes de marzo lo he declarado como inolvidable, un mes que ha dejado una huella indeleble en mi ministerio y en nuestra comunidad. Un mes en donde sueños anhelados por mucho tiempo, se han hecho reales. La historia de nuestra iglesia es muy conocida en La Vega. Todos saben las penurias que vivieron los moradores de la comunidad de Los Rieles cuando en el 2007 sus casas fueron arrasadas e inundadas a causa de las tormentas Noel y Olga. Agréguenle a estos males la pérdida del templo, el cual fue borrado por completo por la furia del rio Camú.
Desde ese tiempo, nuestras oraciones fueron las mismas, “Señor entréganos un nuevo lugar para adorarte”, un lugar en donde tu pueblo se reúna con libertad, en donde los temores de una futura inundación no estén presentes, en donde nuestra comunidad pueda recrearse en medio de la paz y el gran espacio que necesitamos. Estas oraciones fueran contestadas por nuestro gran Padre y hoy vemos, como esto que antes fue un sueño de algunos, se ha convertido en una hermosa realidad para todos.
Hoy tenemos 2,000 metros cuadrados, donados por nuestro ayuntamiento. Ya hemos inaugurado nuestra iglesia con una celebración por todo lo alto, como lo merece nuestro Señor. La construcción de un futuro centro infantil ya esta avanzada y los residentes de este sector están regocijados junto a nosotros, porque consideran nuestra victoria como de ellos.
Estamos agradecidos con todos los que oraron a nuestro favor, las autoridades gubernamentales que nos dieron su apoyo. Los grupos extranjeros que dieron su aporte económico y presencial en esta construcción que no se detiene. A los misioneros Mitch y Deborah Martínez por ser los propulsores de este sueño hoy realizado y siempre ser canales de bendición para esta comunidad y su humilde pastor. A nuestro concilio Asambleas de Dios, especialmente a nuestro Presbítero Gilberto Sánchez por su apoyo incondicional. A los miembros de nuestra iglesia que nunca se cansaron de orar y trabajar en todo el tiempo que se ha tomado la construcción. A toda la comunidad de Los Rieles, muchos de ellos no son cristianos, pero sin importarlo se han unido a la iglesia en este proyecto hoy realizado.
Y al más importante y especial de todos, al que nos dio el terreno, los recursos, la gente, las fuerzas para lograr todo, a ti Señor, esta es tu iglesia y la hemos hecho para que habites en ella y para bendecir tu nombre en este lugar. ¡Aleluya!
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