1Sa 18:6 Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.
1Cr 15:16 Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría.
La música siempre ha sido una expresión de los sentimientos del hombre. Esta expresión muchas veces se ha caracterizado por hacerse en un estilo suave y melodioso, pero hemos visto como en la mitad del último siglo, combinaciones musicales un tanto más rápidas y movidas se han colado en las preferencias de las personas especialmente de los jóvenes.
Musica pop, rap, reguee, rock and roll, y otros géneros musicales en donde los instrumentos protagonistas son la guitarra eléctrica, la batería, el teclado y otros más, se han apoderado de los escenarios de las iglesias y han remplazado al viejo himnario de Gloria. Muchos se preguntan cómo ve Dios esta sustitución.
Cuando hacemos un análisis a la Biblia nos damos cuenta que no existe un versículo que directamente hable sobre el uso o no de ciertos generos músicales para adorar a Dios, entonces esto nos obliga a interpretar el porque esto no se describe en la Biblia. El Señor demanda en su palabra que su pueblo le adore con instrumentos de música, con danza, con alegría, regocijo. Sabemos que Dios es un Dios de orden y solemnidad, pero cuando vemos en las Escrituras que el exige que su pueblo le adore de esta forma y que se acerque a Él con regocijo, danza, alegría y usando todos los instrumentos musicales que existían en ese momento, debemos entender que para Dios no importa el género musical que usemos para expresar nuestros sentimientos por El, más bien le importa que lo usemos en forma correcta.
No pensemos que para Dios existen instrumentos viles y otros más honrosos, más bien existen personas que dan uso incorrecto del instrumento, pero para Dios el instrumento sigue siendo valioso. Les aseguro que la pandereta de antaño es sinónimo de la batería de hoy, el címbalo es semejanza a la guitarra eléctrica actual. No era una canción lenta que María y las jóvenes de Jerusalén utilizaron para danzar en señal de agradecimiento por la liberación de Egipto, era un ritmo contagiante y rápido que provocaba que los demás sintieron el deseo de imitarlas. Les aseguro que al momento de David entrar danzando por las puertas de Jerusalén no lo hacía con una melodía lenta y suave, más bien con un ritmo movido y vibrante que lo motiva a dar saltos delante de todo el pueblo.
Tenemos un Dios que no está amoldado a una forma o estilo, nuestro Dios es variado, diverso. Así que no debemos pensar que solo tendría un género musical seleccionado para que nos dirijamos a Él, sin embargo es lógico pensar que tendría todo un repertorio de sonidos, ritmos, géneros, etc. Incluso algunos que ni siquiera podemos imaginar, todos a la espera de que lo descubramos para que nos acerquemos a El por medio de ellos.
El mismo Dios que habla, a través del silbo apacible, es también el que usa el terremoto. El mismo Dios que nos habla a través de una alabanza melodiosa de Marcos Vidal, es también el que nos toca cuando escuchamos un tema de Redimi2 o Funky.
Debemos entender que el mismo Dios que nos dice que no nos conformemos a este siglo, que nos renovemos diariamente, es porque lógicamente El no está atado a las formas y métodos del pasado.
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