Sabes de todo, mis amigos te llaman “El experto”, reconozco que cuando nos pronunciamos así, nos provoca risa. La última vez que estuve contigo, me quedé observándote en silencio, no podía creer como a pesar de tu estatura y tu físico podías soportar los embates del tiempo y las durezas del trabajo forzado que ofrece la agricultura.
Desde que tengo conciencia has trabajado la tierra, haciendo pausas semanales entre cosechas. Eres a prueba de balas, no recuerdo haberte visto postrado en cama una semana, a pesar de tus sesenta y tantos años. La primera Biblia que leí fue la tuya, me inspirabas tanto a leerla que terminó siendo mía. Recuerdo nuestros viajes en el viejo motor 70 a unos 20 kilómetros de casa para predicar en el campo blanco que tenia nuestra iglesia.
Gozas de amigos y conocidos en lugares que ni siquiera puedo recordar, mi memoria no olvida las innumerables veces que con solo mencionar que era tu hijo, se abrieron puertas y personas me prestaron su atención. Con razón nos decías “de Azua hacia abajo, es mejor decir que eres mi amigo a tener mil pesos en los bolsillos”. Mis gustos musicales son una extensión de los tuyos, gracias a la música que se escuchaba en casa, viejos cassette de Oscar Medina, Stanislao Marino, Urbano Arroyo y otros más, que siempre ambientaban el hogar. Es cierto que hoy no los escucho tanto, pero sigo siendo igual de conservador.
Nunca fuiste un conversador, por lo menos con tus hijos, pienso que fuiste criado de esa manera, en donde las expresiones de afecto son pocas, pero se complementan con la constante presencia. Eres un luchador incansable, siempre has buscado el modo para que tus cinco hijos tengan más oportunidades de las que tú tuviste. Tu mayor deseo es que nos superemos y seamos hombres de bien. He visto tu dolor cuando damos un paso en falso, pero jamás nos abandonas.
Admito que soy poco expresivo, algo en lo que estoy trabajando en los últimos años. Me gustaría volver a vivir algunos momentos en los cuales un abrazo y un beso habrían sido pertinentes. Siempre has estado orgulloso de todos nosotros y hacia mi tienes un trato más que especial. Me parezco mucho a ti, no solo en lo físico, tus virtudes y uno que otro defecto están presentes en mi carácter. Todo lo que soy es la suma de tu esfuerzo.
A pesar de tus desaciertos y errores, no imaginaría un padre más adecuado para un hijo tan imperfecto como yo. Eres un súper héroe, gracias papi. Felicidades.
Del más imperfecto de tus hijos.
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